lunes, 27 de octubre de 2014

LOS SÍMBOLOS: SENDERO Y VIDA DE LA LITERATURA

LOS SÍMBOLOS: SENDERO Y VIDA DE LA LITERATURA

Sin lugar a duda los elementos simbólicos constituyen una parte rica, imaginativa e importante dentro de una obra de arte. Es a través de ellos  que en forma casi mágica, el autor llega hasta nosotros, recreando y escondiendo, su mundo a la vez, con la ayuda del carácter polisémico de los mismos. Es así como en los símbolos se incluyen grandes verdades, que muy poco se descubre en ciencia cierta, pues, en el momento en que el lector penetre en ese sendero, se encuentra con situaciones distintas a las del autor, las que lo obligan a encontrar otros significados, floreciendo así el signo polisémico de la obra. Pero al descubrir estos significados nos obligan a encararnos con la obra misma y nos introduce de lleno, en ese mundo creado por el escritor, obligándonos a poner en juego nuestra imaginación, al tratar de darle una verdad a las realidades disfrazadas.
Es así como: “una obra de arte es una forma expresiva creada para nuestra percepción a través de los sentidos o la imaginación, y lo que se expresa es sentimiento humano.”
La escritora tiene razón al hacer estas aseveraciones pues todas las personas poseen sensibilidad, tienen capacidad  por medio de esta, para sentir asombro y vivir la fantasía; en el mundo creado por el autor. Pero,  no hay que ser tan generalizantes porque la realidad  es otra, todos poseen esa sensibilidad, sin embargo, en ellos no está presente el goce estético el cual está ligado al espíritu, tal vez no se identifican con la obra y no traspasan el umbral de lo que el autor quiere decir.
El primer término es perceptible  sensiblemente. Mas para aprehender el fondo es menester todavía una tercera cosa, justo aquella por la que se distingue el que experimenta en si el fenómeno del estar arrebatado del que no comprender artísticamente. Este tercer factor es espiritual. Sin no es posible aprehender el fondo.
Hartmann explica que para sumergirse y llegar al fondo de la obra el factor espíritu es importante. Además, este elemento permitiría al lector captar la simbología inmersa en el escrito; que lo trasladaría a un mundo ideal con una serie de imágenes que puedan estar totalmente en desacuerdo con el escritor; de allí la riqueza y la importancia de los símbolos en la literatura.
La idealidad se intuye interiormente, estando allí solo para aquel que comprende la obra de arte. Mediante la idealidad de aparición se destaca el objeto estético, quedando arrebatado en el mundo real e introducido en el ideal.
El mundo ideal es aquel universo simbólico que crea e inventa al lector cuando recorre la obra. Por lo tanto, se puede afirmar que todo libro está cargado de un caudal de imágenes que son  “signos de los sentimientos humanos”.
Tomando como base los planteamientos anteriores, podemos penetrar en ese gran mundo dibujado por el escritor colombiano GABRIEL GARCIA MARQUEZ, en su obra “LA HOJARASCA”; en la cual las acciones desarrolladas están guidas por una serie de símbolos que se develaran a continuación.
Primero portamos del título, “la hojarasca”, que fuera del contexto no sería más que un montón de hojas en descomposición, pero dentro del universo de García Márquez connota una descomposición de la sociedad, la hojarasca  viene a simbolizar toda la muchedumbre que llego a macondo con la compañía bananera.
Hasta cuando llego la compañía bananera y se iniciaron los trabajos del ferrocarril. Entonces empezaron a sobrar sillas en el cuartito. La gente que los visito durante los primeros cuatro años de su estada en macondo, empezó a desviase después que la compañía organizo el servicio médico para sus trabajadores. El debió ver  los nuevos rumbos trazados por la hojarasca, pero no dijo nada.
La hojarasca hace que macondo cambie hasta en sus costumbres creando en el pueblo otro ambiente de “perspectivas magnificas”; que al final terminarían en podredumbre, “son diversiones para la hojarasca”, con esta expresión se está haciendo una clasificación social, “gente del común”, macondo sufría una degradación.
Por otro lado, en este pueblo cada persona representa algo, creándose así en cada personaje de la obra un mundo diferente. El coronel un hombre fuerte, generoso, justo, cumplidor de su deber y respetando por todos; es el bueno (dechado de virtudes).
Meme había reaccionado con nuestras fricciones grite: “sí. Alcohol, eso es, ya la friccionamos y está mejor pero para hacer eso no hemos tenido necesidad de vivir ocho años de garra.” Y tu padre, todavía condescendiente, todavía con esa tontería conciliatoria: “No es nada serio. Algún día te darás cuenta de eso… yo pensé que tu padre lo había despedido por haberme negado atender a Meme. Pero cuando lo hice la pregunta, ese mismo día, se limitó a responder: “Tu y yo tenemos que hablar largo de eso”. Y han transcurrido cinco años sin que me haya vuelto a tocar el punto…
El coronel es la “calma” en macondo.
En otro Angulo de este cosmos se encuentra Isabel y Adelaida, sumisas para hacer lo que ordenara el coronel. Isabel se casa con Martin a quien no llega a conocer porque este todo lo arregla con el padre de la misma; es un  hombre que desaparece sin saberes porque.
Se casó con Isabel en diciembre, hace ahora once años. Han trascurrido, nueve desde cuando se fue con la cartera llena de obligaciones firmadas por mí,  y prometió volver tan pronto como realizara la operación que se había propuesto y para la cual contaba con el respaldo de mis bienes. Han transcurrido nueve años pero no por ello tengo derecho a pensar que era un estafador.
Sobre Martin son muchas la preguntas que surgen ¿sería un estafador? ¿Vendería el coronel a Isabel a consta de tener un nieto? Sin lugar a duda que estos interrogantes los responderá cada lector. Entonces, en Isabel y Adelaida esta encarnada el tipo de mujer sumisa, de hogar. “Adelaida siguió dándole la sopa a Isabel… Adelaida sirvió el vino”
Todo se hizo sin consultarlo conmigo, chabela; como si yo fuera un monicongo pintado en la pared. Antes de que yo pudiera preguntar que estaba pensando, porque estaba sucediendo, cosas extrañas en mi propia casa sin que yo lo supiera, tu padre había venido a decirme: “no tienes nada que preguntarle a Mame. Ella se va pero tal vez vuelva dentro  de algún tiempo.
Continuando con este recorrido nos encontramos con Mame, alguien que no va más allá  de las simplezas de una criada osada, considerada por sus patrones, no le importa el qué dirán vive con el doctor  y al final no se sabe que sucede con ella ¿murió?, ¿se fue?, ¿tuvo un hijo? No sabemos, pero cualquiera podría tomar como base estos hechos para escribir otra obra. Meme es símbolo de libertad en todo el sentido d la palabra, pues después de vivir con el doctor no le importa abandonarlo.
Meme se había presentado a la iglesia. Adornada como una cualquiera elevada a la categoría de señora, y que tu padre había tenido el descaro de sacarla de brazo por la plaza. Entonces fue cuando supe que vivía en la casa de la esquina con el doctor. Se habían ido a vivir juntos, como dos cerdos…
..Es Adelaida, doctor. Desea que usted vaya a ver a Meme, dije. Y el, sentado, con su parsimoniosa vos de rumiante me respondió con un impacto. No será necesario. Lo que pasa es que ella está embarazada… hace ocho años que Mame se acuesta con migo. Dijo que Meme se había ido eso era todo.
“Meme desapareció alrededor de once años...”
Al hablar de Meme se ha mencionado el personaje alrededor del cual gira toda la obra, él es el eje central, por él se dan los hechos. Un hombre innominado (doctor) que llega a macondo recomendado, dispuesto a prestar un servicio pero todo cambia. En él se representa la soledad, la injusticia, la falta de humanidad y todo el resentimiento social de un pueblo que no perdona. Es alguien que se convierte en un ermitaño, encerrado en sí mismo, en sus pensamientos; hasta su comida es singular “hierbas” como as vacas. Todo este personaje es un mundo.
Coronel, coronel, en la oficina lo solicitan un forastero… estoy segura, mejor dicho, que es un militar. Tiene bigote negro y punteado y la cara como de cobre… después que me entrego la carta del coronel Aureliano Buendía…  entonces ella, sonriendo también, pero visiblemente desconcertada le pregunto ¿Qué clase de hierva doctor? Y el, con su parsimoniosa voz de rumiante: -hierva común, señora; de esa que comen los burros.
Con las citas inmediatamente anterior sabemos y corroboramos como es la llegada del doctor a macondo. Pero nos interesa llegar más a fondo llegar a los hechos que lo convierten en una piltrafa humana, hasta el punto de que su muerte sea motivo de alegría en el pueblo. Además en las expresiones de la gente está presente el rencor que sentían hacia este hombre.
Llevaba cuatro años viviendo en nuestra casa y estaba acreditado en macondo como un profesional serio… fue el único medico en el pueblo hasta cuando llego la compañía bananera… entonces empezaron a sobrar sillas en el cuartito. La gente que lo visito durante los primeros cuatro años… empezó a desviarse después que la compañía organizo al servicio médico para sus trabajadores… es una herejía seguirlos sosteniendo. Es como si estuviéramos alimentando a un demonio… ese día después de cinco años de vivir en la misma casa, de comer en la misma mesa, caí en la cuenta de que nisiquiera conocíamos su nombre.
Ahora me doy cuenta de que el alcalde comparte los rencores del pueblo. Es un sentimiento alimentado durante diez años, desde aquella noche borrascosa en que trajeron los heridos a la puerta y le gritaron… doctor, atienda a estos heridos que ya los otros médicos no dan abasto, y todavía sin abrir (porque la puerta permaneció cerrada, los heridos acostados frente a ella): usted es el único médico que nos queda. Tiene que hacer una obra de caridad y el respondió… se me olvido todo lo que sabía de eso. Llévenlos  a otra parte, y siguió… con la puerta cerrada, mientras el rencor crecía, se ramificaba… no daría tregua a macondo n el resto de su vida… la sentencia gritaba esa noche que condenó al doctor a pudrirse detrás de estas paredes.
Todo el pueblo condeno al doctor por su falta de caridad, del hecho anterior se desprende del resentimiento y rencor por este hombre. “Miércoles en macondo. Buen di para enterrar al diablo”; expresiones como esta demuestran la felicidad de que hubiese muerto el doctor. Hasta los alcaravanes  cantaban, más bien, no sería la gente la que cantaba al sentir olor del muerto. Este otro símbolo. “ahora sentirán el olor del muerto. Ahora todos los alcaravanes se pondrán a cantar.
A través de este conflicto recorrido por macondo hemos visto como García Márquez, a través del uso del ciertos símbolos nos conducen sin querer, a descubrir situaciones que no son dichas con el donde la palabra, pero que representan parte esencial del contenido del texto analizado. Invito al lector a que siga descubriendo otras imágenes, a que no lea l obra por leerla si no que se sumerja e invente su mundo propio porque la literatura es rica. ¡ entre por este sendero y su vida alcanzara otro horizonte!

Jannet del Carmen Pava 





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